Paramos en esta bonita ciudad de camino al Algarve, y nos ha dejado con ganas de más, porque tiene mucho que ver, de modo que pronto volveremos para poder hacer un monográfico como se merece. La única pega es que a muchos de los puntos de interés no se puede acceder con perro, por lo que habrá que planificarlo dejando a Sialuk en casa para volver en el día.