Escocia 2022. Tercera Parte.

8 de Agosto.

Amanecimos en el aparcamiento del Old Man of Storr en un día típico escocés: Metidos en una nube. Aún así decidimos que había que acercarse al emblemático pedrusco a sabiendas de que apenas lo veríamos, y así fue. Colateral fue el daño de acabar como sopas, mientras Sialuk seguía preguntándose por qué no la dejábamos cazar ovejas, mas entonces, que podía pasar más desapercibida entre la niebla. No éramos los únicos, debía ser bastante famoso el viejo porque había un millar de personas serpenteando por las muchas veredas del lugar.

Al bajar aprovechamos para vaciar potti en el lugar al efecto que había allí, y seguimos intentando buscar los claros que a veces se veían entre nubes. Más o menos pillamos uno a la altura de la Kilt Rock Fall, aunque no salió la foto como hubiésemos querido.

Un poco más adelante nos encontramos con el Dultum Castle, del que quedan unas cuantas piedras y muchas vistas, gracias a su ubicación en un cabo.

Bastante mojados, decidimos meternos por un camino vecinal en busca de un lugar en el que quitarnos de en medio a echar una siesta y comer algo caliente. Y dimos, cómo no, con un rincón precioso a orillas de un lago de los que no tenía ni marcado en el mapa. Después de lo cual proseguimos hasta el Dunvegan Castle. Pero nos dieron con la puerta (o la cancela) en las narices porque a pesar de ser la Isla Sky, habían decidido que el horario inglés se mantenía en Agosto y que a las 6 p.m. todo el mundo a casita a cenar, por lo que nos encontramos con la disyuntiva de si buscar dónde dormir cerca, o ya que iba a ser complicado esperar a las 10 a.m. para verlo y proseguir con el planning del día siguiente sin saltarnos nada, seguir para amanecer en el próximo punto de interés. Y así decidimos hacer sur hasta las Fairy Pools, encontrando un aparcamiento gratuito entre el bosque donde pasar una noche lluviosa.

9 de Agosto:

Por ese motivo estábamos en las pozas de las hadas de los primeros de la mañana, a pesar de ser un lugar muy visitado y de seguir… lloviznando. O casi, porque a partir de ahí empezó a cambiar el clima. Tras recorrer una vereda muy pisada, llegamos a las mencionadas cascadas y disfrutamos de un paisaje nubladamente idílico durante el tiempo en que tardó en empezar a llenarse de gente. Momento en el que decidimos seguir para salir de la isla.

Tocaba avanzar unos cuantos kilómetros hasta nuestra siguiente parada, que cerraba el track bastante hacia uno de los lugares en los que ya habíamos estado, Inverness. En este caso pararíamos en las orillas del lago que desemboca en la ciudad, a la altura del Urquhart Castle. Allí, hay un pueblecillo desde el que salen los barcos que recorren el lago dando vistas al castillo y contando historias de Nessi.

Lo primero fue situarnos en un área de Autocaravanas de lo más curioso. Para empezar, no tenía nadie que la atendiese. Se trataba de una serie de plazas marcadas en torno a un viejo autobús, en el que te daban las instrucciones de lo que tenías a tu disposición, y la forma de pagar, confiando, claro, en que lo hicieses. Por supuesto, había agua para rellenar y lugar en el que vaciar las grises. Y poco más, no era para nada un lugar idílico, pero estaba donde estaba, al lado del lago más famoso del mundo, y era suficiente. Entablamos conversación con un matrimonio holandés, cominos y nos fuimos al pueblecillo.

Allí reservamos barco para la mañana siguiente, compramos algunos víveres, e hicimos una bonita excursión hasta la orilla del lago. Destacar que un amable encargado del parking del castillo nos dejó estacionar quince minutos gratis para hacer unas fotos.

Para terminar el día nos tomamos una buena pinta en Drumnadrochit, en una zona del pueblecillo con césped en la que había bastante ambiente por la tarde. Sin más, nos volvimos al área de AC y cenamos probando quesos y cosas de allí, para luego descansar como en ningún otro sitio hacemos. ¿Por qué será?

10 de Agosto

Por la mañana volvimos a la zona de ambiente, pues justo enfrente estaba el aparcamiento de día, y dejamos allí la furgo para coger el barco junto a la tienda de ginebra. Llegó hasta nosotros en un minibús un alegre escocés que, una vez más, alucinó con la perra, y sobre todo con lo diligente con que se subió tanto en la furgo como en el barco. Luego comprobamos que él era tanto chófer como patrón del barco, y divulgador de la vida y milagros de Nessi, porque no dejó de hablar de ella en la hora que duró el crucero por el lago. De toda aquella monserga entendimos algunas cosas. El lago Ness es una rareza, sobre todo por su profundidad, de 270 metros. Es bastante largo, como pudimos comprobar al hacer Sur después con nuestra furgo, por lo que su volumen de agua dulce es tremendo. En toda aquella cantidad de agua no era de extrañar que creciese todo tipo de fauna submarina, incluidos peces de todo tamaño, y que pudieron ser el germen de la historia ampliada de generación en generación el famoso monstruo. En cualquier caso, por su alargadísima forma (es geológicamente una grieta que parte escocia casi en diagonal, continuado por una sucesión de lagos) llama mucho la atención el no ver el extremo del lado mayor, salvo por las montañas lejanas que se dibujan al fondo.

Desde dentro del lago, las vistas del castillo son fenomenales. Sialuk, se dio cuenta durante la segunda mitad del crucero, de que en la orilla se veían también ovejitas, personas, y otras cosas de su interés.

Después de la curiosa experiencia, iniciamos marcha hasta Fort Augustus, en el extremo sur del lago, que es el punto por el que se llena, recogiendo las aguas del lago Oich, y este a su vez del Lochy. Al estar a distinta altura, se comunican entre sí por un sistema de Exclusas muy curioso, que debe regirse por unos horarios, en los que las prisas no existen, ya que además de deber vaciarse y llenarse, se alternan con un puente levadizo que corta la carretera. En cualquier caso, es otro pueblo precioso salpicado de restaurantes con vistas a las exclusas, desde los que ver veleros recorrer a placer los lagos y quien sabe si incluso desembocar en el fiordo de Inverness. Ciertamente debe ser una de las actividades más placenteras de esta vida pasar un mes en un velero por Escocia. De lago en lago y de fiordo en fiordo.

Sistema de exclusas de Fort Augustus
«Anda, mira, un barquito»

Nuestra siguiente parada al Sur era el Lago Leven. Ya en las fotos e información recopilada vi que era uno de los Loch que no se podían saltar, pero bien habría valido pasar en esa zona, y digo zona, no solo el lago, dos o tres días, porque es verdaderamente espectacular. Llegamos para comer, y paramos en el aparcamiento señalado en nuestro querido Park4night en el extremo Este del lago, junto a unas mesas de merendero. Y aquí hago un inciso: A veces, el entorno en el que comemos es uno de los principales aderezos de dicha comida. Y en este caso, comerse una fabada asturiana en el Loch Leven, es un placer que pocas veces puede hacerse en la vida. Para muestra una foto.

Coñas aparte, el paisaje era de ensueño:

Tras saciar esta curiosa necesidad humana y con el petardillo que solemos llevar implantado en el trasero durante los viajes, salimos escopetados de excursión. Y tenía marcado un paseo de nuestro no menos querido Wikiloc por un lago cercano -qué raro, un lago allí- y aunque breve, debo de reconocer que por bueno fue dos veces bueno. Como dice el dicho. Era un lago diferente de los que estábamos viendo en el viaje, pues nos recordó mucho más a los que conocemos de los Alpes. Con juncos, fondo de montañas, patos y todo lo demás:

Ahora ignoro cómo nos dio tiempo, pero aún pudimos luego dar otra vuelta por las orillas del Leven y hacer otro par de fotos de los veleros en sus orillas al atardecer.

Bueno, más que realizados y con la única pena de no tener más días, nos fuimos a buscar un sitio en el que dormir en el bosque cercano, y descansamos como ceporros. Pensando en que, con este lago, íbamos cerrando el círculo de las Highlands y poniendo proa hacia otro tipo de destinos, que no dejarían de recordarnos que entrábamos en la parte del viaje considerada «en regreso». Pero de eso os hablaré otro día.

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