Hay nacimientos en los que el agua mana del suelo creando un entorno bonito, pero en el que la palabra espectacular no tiene cabida. Y hay otros nacimientos en los que el agua sale de la roca con violencia, como si el calar que los alimenta estuviese a punto de hacerla reventar. Esto es lo que podemos observar en el Río Castril, al menos en la temporada húmeda del año. La excursión hasta el punto descrito es muy sencilla, ya que se puede llegar en coche hasta bastante cerca. Aquí dejo el track y unas cuantas fotos para animar a conocer este lugar.
