Viajé al país del Fado en esta ocasión entrando por Lisboa, a donde no iba desde los años de estudiante de Bellas Artes. El tiempo previsto en la capital esta vez fue más corto, de solamente una noche, ya que la idea era recorrer la costa atlántica y parte del Cantábrico en el mismo viaje. Pero permitió dar un buen paseo por la zona peatonal del centro y pasar la mañana viendo la Torre de Belén y ascendiendo a una de sus colinas para contemplar la ciudad desde lo alto. Es un destino al que más pronto que tarde habrá que dedicarle el tiempo que se merece, y Portugal está en el punto de mira desde que hacemos grandes viajes en moto…
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