Colmar es una ciudad fronteriza francesa, que como Estrasburgo está repleta de historia, habiendo pasado de bando alemán a francés y viceversa varias veces a los largo de la historia. A orillas del Rin igualmente, tiene otra «pequeña Venecia» muy fotogénica, repleta de casas alsacianas de colores mirando al canal. Es una visita de un día bastante cómoda. En la parte moderna de la ciudad es fácil aparcar la furgo. Y en sus restaurantes y boulangeries se pueden degustar productos de la zona a precios razonables. Aquí dejo algunas fotos de nuestra visita:






