Bajando de Noruega a casa pasamos por esta curiosa a la vez que bella ciudad, por recomendación de los amigos del grupo de Enamorados de Noruega. Y fue todo un descubrimiento. Para empezar, en la fecha en la que fuimos (finales de Agosto) estaba muy tranquila. Pudimos aparcar en un lugar habilitado para Auto Caravanas muy céntrico, y al ser pequeña, pudimos recorrer su casco antiguo desde allí en una hora. Luego, los edificios que vimos resultaros, por un lado, sorprendentes (uno de hecho tenía nariz, la torre de la catedral estaba rizada…) y otros simplemente bellos exponentes de la arquitectura normanda. Ideal para una alto en el camino.






