Me descargué sobre la marcha un track de wikiloc que me pareció representativo de la zona, y es el que seguimos mientras el clima se pensaba si darnos o no un respiro. Sin apenas desnivel, la dificultad en este caso la ponía la humedad, muy presente en el suelo tras las lluvias de toda la semana, cosa que hacía la roca basáltica especialmente resbaladiza. Aun así disfrutamos de lo lindo, llegando hasta una pequeña aldea de casas de piedra a partir de la cual el track giraba para emprender el regreso, de manera circular.

El regreso se hacía por una sucesión de lagos envueltos en borreguiles, que acabaría en aquel que vimos el día anterior, donde había un albergue que hacía de base a los senderistas. Y en el que encontramos el curioso artefacto de las fotos.