Era la segunda excursión fuerte del viaje, y no nos defraudó. Si bien el clima no acompañó casi nada, nos dejó hacer la subida sin mojarnos demasiado. Tras aparcar en una zona en la que acaba la carreterita de subida desde Ullensvang, accedemos a una pista en leve ascenso. Pronto habrá una bifurcación, que nos permite llegar a la derecha a una cascada detrás de una antigua hidroeléctrica, La gente sube a continuación por la tubería que baja a la central, pero es bastante penoso por el abrupto terreno. Yo recomiendo subir hasta la pantaneta colector por la vereda que queda a la izquierda de esa tubería. Y continuarla ya desde allí hasta los lagos de arriba. Contad con un par de horas de subida parando a hacer fotos, en un bosque que de vez en cuando nos permite asomarnos a la sucesión de cascadas. Una vez arriba, el paisaje es fantástico, con la fuerza de las cascadas al fondo de un ancho río. Hay una par de cabañas de madera, orillas en las que tumbarse a escuchar y sentir el agua… un buen lugar para almorzar. La bajada, para variar el trazado de la vereda de subida, que se hace un poco dura en especial si está muy mojada, la podemos hacer por la pista, y de paso, al estar menos hundidos en el valle del río, nos permitirá ver con más perspectiva alguna de las cascadas del recorrido. Al final, es una burrada de agua bajando con una fuerza tremenda, rodeada de un paisaje de pinos rodenos formidable.